Hoy he consumido parte de la tarde siguiendo el mal denominado "Debate
sobre el estado de la nación" Ahora podía hacer una broma con ese gracejo
que me caracteriza, pero me reprimiré y no lo haré, aunque con toda sinceridad
diré que ni ganas tengo.
Si me limitara solo a analizar el debate desde el prisma que le darán desde
los medios, tendría que decir que ha sido un amago de continuidad, un intento
de hacer ver a los Españoles que necesitamos una prorroga, que los insultos
entre los actores dilucidarán el devenir de las próximas elecciones a favor de
la misma alternancia que nos lleva "conmoviendo" la friolera de
cuarenta años, porqué ni siquiera han sido capaces de que la obra se dirigiera
por el camino y orden adecuados. Es decir: "él y tú más..." ha sido
un esperpento y lamentablemente los sufridores de la obra, una vez más, hemos
sido los forzosos impasibles ciudadanos, cuyo única posibilidad en todo esto es
aguantar el tirón, pensando en que afortunadamente y con toda probabilidad
habremos asistido al ocaso de del tuyo-mío de una maldita vez.
La gran duda que me embarga en cambio, es si la izquierda en España está
preparada para aunar esfuerzos, aún a costa de escaños, en beneficio de todos.
Porqué lo que no cabe duda es que si se ha de perpetuar una democracia real con
unos pilares sólidos, tiene que partir desde la izquierda. Es lo que daría brío
al cambio que se requiere para romper las cadenas que nos anclan a los poderes
económicos. No porque nos vayamos a convertir en ogros comunistas de repente y
vayamos asaltando las casas de los ricos para dárselo a los pobres. Esto es el
coco que sutilmente han introducido en la mente de la clase media-alta para
amarrarlos al voto. El ideal de cualquier persona de bien es que haya un
reparto equitativo de la riqueza, que todos dispongamos de las mismas
oportunidades para acceder a los servicios básicos y necesarios para llevar una
vida digna, lo cual no implica que si una persona es capaz de ganar dinero como
resultado de sus capacidades no lo haga, al contrario. Tengo la seguridad de
que una persona consecuente con la realidad del mundo actual y se considere
humano, no pensará en acumular dinero para llevarlo a un paraíso fiscal, por el
contrario estará conforme en pagar sus correspondientes impuestos puesto que
eso hará que el resto de personas, incluida su propia familia, alcance el nivel
óptimo de estabilidad.
El párrafo anterior puede sonar a utopía, pero por el contrario es lo que
nos permitirá convivir en paz y de manera armónica. Lo que no me cabe la menor
duda que a pesar de que será un arduo camino, hoy ha comenzado realmente un
cambio en el que ni los Rajoy, ni los Sánchez, ni los que sea que pretendan
perpetuar este esperpento de sucedáneo de democracia, este amago de libertades
que nos han estado vendiendo, van a conseguir que sigamos igual un día más.
Por cierto, no ha ganado Rajoy, ni Sánchez, ni PP, ni Psoe, hemos perdido
todos.
El triunfo de la Maldad
Hace 2 días
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