sábado, 4 de febrero de 2012

Esto tiene un nombre: Revolución.

 

La corrupción está tan arraigada socialmente que ni siquiera su propio significado genera interés. No quiero descubrir nada nuevo, desgraciadamente, ni tan siquiera denunciar, esto es baladí, o cuando menos insignificante. Nos da igual la situación económica o que la deuda se denomine per cápita, pública, recesión económica, crisis financiera o atraco a mano armada, hasta nos da igual que haya una situación mala independientemente de su denominación o de su realidad, se trata de que nos han convencido de que este es un problema “global”, con lo que poco mas se puede decir. No se trata de solucionar el “problema”, se trata de que “todos tenemos un problema” ¡esto amigo mío, es insalvable"!, es un problema común y punto, ya llegará el político salvador de turno y listo ¡fuera problema!. Es común y malo será que el tiempo no lo solucione. Hay que recordar: ¡no hay mal que cien años dure!

¡No todos los políticos son malos! Esto me lo decía hace poco un buen amigo. Por que es amigo, le creo, mas bien asiento, me imagino que puede ser cierto y me dejo convencer. Pues no, ningún político es bueno, ningún político es coherente, ningún político merece respeto. ¡El respeto se gana, no con palabras, se gana con hechos! ¿Porqué soy radical en esta afirmación? Por la realidad. ¿Como va a existir un político honesto, no digo solo político, digo persona,  capaz de soportar tan salvaje corrupción sin que al menos se ponga colorado?. Estamos asistiendo impávidos al mayor fraude judicial que se puede dar. Se declara “NO CULPABLE” al mayor prevaricador y delincuente político, en connivencia con el poder judicial, dirigido con impunidad desde los mas altos estamentos políticos, hablo por actualidad de los por ejemplo, 37 imputados en el caso Gürtel, los Camps, Crespo, etc. ¿Hasta dónde puede llegar la inmundicia para salvar “delincuentes”? Hasta el infinito y más allá -que diría el muñeco- hasta el punto de enjuiciar a un juez –Baltasar Garzón- que independientemente de su ideario, que no ideología, no es licito, ni honesto, mucho menos ético, enjuiciar como decía, por “prevaricación” por ordenar escuchas a “presuntos” delincuentes en aras de esclarecer una trama que nos cuesta a todos los Españoles cientos de millones de euros; lo de que nos “cuesta” no es alegórico, si consideramos la alegría de asignación de millones en obra publica asignada a dedo, de la deuda generada por el “altruismo” de la creación de grandes eventos –llámese centros de la cultura, formula 1, o como se quiera enmascarar “la mierda”- para promover la economía, eso si, de las arcas publicas, las de todos, tendremos un ingente capital lo suficientemente elevado para reflotar cualquier país en “estado de recesión” del mundo. No aporto datos. ¡Para qué! Nos daría exactamente igual, tendría el mismo efecto y sería un esfuerzo inane por mi parte.

Hay evidentemente un criterio que tan solo sirve como punto de desunión y sirve a la vez para evitar lo que sin duda sería la mayor revolución de la historia Española, –digo España, pero es aplicable a cualquier país del mundo- esto es entre otras, la posibilidad de ser autónomos o independientes. España particularmente esta imbuida en un dilema de identidad, no porque no sepamos lo que somos o queremos ser, sino porque se están preocupando y mucho de infundir entre todos una crisis identitaria lo suficientemente compleja para evitar que seamos conscientes de lo que realmente somos, no de lo que queremos ser. Me refiero a la independencia regional. No abordaré la implicación económica y política del concepto independencia, me limitaré a la parte social, si es que se puede separar. El dilema, evidentemente el legal. Si formo parte de una comunidad autonómica y acepto las reglas democráticas –yo le llamo convivencia- he de aceptar que me rijo por unas leyes “nacionales” que en este momento, nos guste o no, se llama España. Si yo me voy al paro como consecuencia de la “recesión económica” –léase incompetencia política- al margen de quien distribuya mis emolumentos, estaré cobrando del arca común del estado, de esas arcas que son responsables finales de mis impuestos. Que quiero decir con todo ello, algo muy simple: despójate de ideario político, ponte el mono de trabajo que como individuo te corresponde, niégate a que solucionen por ti los problemas generados por quien has asignado para solucionar –los políticos- y tendrás la capacidad suficiente para convertirte en una bestia revolucionaria que definitivamente sea capaz de dar solución a tus problemas diarios. No hay crisis, hay connivencia con un estándar de poder económico que ha conseguido mas triunfos que todas las invasiones anteriores de Romanos, Fenicios, Cartagineses, Bárbaros, Visigodos o cualquier otra invasión que haya servido para uncir a cualquiera civilización en los anales de la historia. Poderes de facto que con sutileza –o no tanta- nos han dirigido cuan rebaño de ovejas a la actual situación. ¿Como salir de este bucle infinito? ¡Revoluciónate! ¡Indígnate! ¡Sublévate! Llámalo como quieras pero reacciona y decide cuando, quien y como han de dar soluciones, que no respuestas –esto lo hacen a diario en cuanto le ponen un micrófono a un político-  a este mal endémico al que mal llaman “globalización” antes de que sea demasiado tarde para despojarnos del yugo que nos incapacita para evolucionar hacia una sociedad realmente libre y globalizada capaz de hacernos desarrollar tal como somos, HUMANOS.

About me

Seguidores

Subscribe Via Email (Do Not Edit Here!)

Vistas de página en total

top social

Navigation-Menus (Do Not Edit Here!)

Mi lista de blogs

Gallery

Translate

Random Posts

Buscar este blog

Social Share

Flickr

Events

Sponsor

Recent comments

Recent Comments

Flickr Images

Like us on Facebook

Popular Posts