sábado, 17 de mayo de 2014

La era del coatching y aspirantes a millonarios.

 

La cosa económica ésta que nos está tocando sufrir tiene mal cariz. El poder adquisitivo es una quimera, las previsiones “reales” no son nada buenas, básicamente porque para ser buenas deberían estar basadas en la ruptura de los dogmas económicos que nos rigen actualmente y ni tienen ganas, ni intención de cambiarlos, esto lógicamente porque sería ir contra lo que les ha costado años de creación y por otra parte porque se les terminaría el chollo, un sistema económico a medida en el que la cabida en el mismo esta controlada, tanto en quien, en el como, cuando y cuantos entraran. Lo que nos lleva a que esto de lo del trabajo, esa quimera utópica, cuasi etérea y por supuesto vetada a determinados segmentos sociales para poder mantener el contról,  esté cuando menos imposible, así que en esta confluencia de despropósitos económicos dogmatico-futuristas o eco-cómicos, me atrevo a decir, uno acude a cuantos eventos postulen  en aras de percibir algunos emolumentos o dicho con propiedad, alguna remuneración para poder continuar la vida de igual manera, es decir, dignamente.

¡Heme aquí, por fortuna, en el lugar idóneo! Si, así es, este evento tiene todos los visos de ser el acto  del cuál saldré con las directrices adecuadas para comenzar a generar recursos y convertirlos en fondos propios. Pantalla con video en el que se muestran las mansiones más caras, carísimas; coches de lujo, lujosísimos. Música ecléctica y pomposamente adecuada a las imágenes, por supuesto a un volumen suficiente y eficiente para que no te puedas olvidar de que está sonando y para que en la medida de lo posible no captes la conversación del corrillo adyacente, pero que te suscite interés por adivinar el motivo de tanta sonrisa profident.

Tras una degustación introductoria adecuada para que desees que comience de una vez el acto principal, ese en el que ya te habían anticipado sería la piedra filosofal, no tanto para evitar los males que te produce la carencia de “cash”, pasta vamos, pero en “cool” que hay que cuidar también el estilismo verbal, sino para convertirte en tu propio hacedor de tu destino. No en vano se puede encontrar ingentes cantidades de literatura al respecto en el que el comienzo suele ser: …”el coatching personal es una practica que te ayudará a conseguir la felicidad y el bienestar a través del entrenamiento de la mente”… yo al oír algo así, me imagino aquellos momentos de juventud en los que los efectos del cannabis o similares te hacían visualizar el mundo ideal, a juzgar por las risas que producía. Pero no, esto es serio, esto no es un flirteo con la percepción alucinógena, de hecho es tan serio, que los grandes lideres mundiales son aleccionados y motivados con las herramientas de coatching ¡madre mía, como estamos!

En este contexto, se empieza a mover el personal, se tocan las primeras palmas ¡Vamos tomando asiento, por favor! ¡Toc, toc, toc! Tres eficaces golpecitos al micrófono producen el mismo efecto que si hubiera entrado en ese momento el director del colegio. Tomamos asiento y antes de que que estemos realmente acomodados ¡Zas! …”hoy cuando salgas de aquí, lo harás visualizando que a partir de mañana tu destino será exclusivamente el que tu te propongas, siendo tu propio jefe, será el momento en que te des cuenta de que haber tomado parte en este acto cambiara el rumbo de tu vida” …”¡claro está, si eres capaz de ver la oportunidad de negocio que hoy pongo a tu alcance!… ¡Si!...Porque hoy, aquí, pondré a tu disposición las siete reglas básicas que harán que tu mente vea lo que a mí me costó, años de esfuerzo, sufrimiento, decepciones y hasta incluso la quiebra” ¡Efectivamente! Yo era un empresario de éxito, tenía restaurantes, me iban extraordinariamente bien, pero yo no estaba satisfecho”… “seguía trabajando 18 horas (¡que bruto!) y con mi coche viejo (¡Que drama!)”…

No voy a desglosar lo que fue la charla porque me resultaría larguísimo de explicar, no tanto por su duración sino por su contenido y ante todo me daría cierta vergüenza ajena. El tipo no oyó aquello de que si quieres convencer a alguien, tienes que convencerlo con estilo y ante todo sin ambigüedades ¡Esto si! Reconozco una verdad que le agradezco, desde el primer momento preguntó si conocíamos lo que era el mercadeo en red, o con su nombre tan de moda a la par que desconocido de “Network Marketing”  que suena a gloria. Cuando esta pregunta la hacen con la foto de Kiyosaki al lado de la frase, creo que tampoco hay que tener excesiva pretensión de que salgas de allí con el conocimiento suficiente para ganarte la vida de manera holgada, ni siquiera saldrás con algún conocimiento más que con el que entraste me temo, así que si eres torpe ¡lo siento! seguirás siéndolo.

Ante las frases grandilocuentes de los gurús del cuerno mágico de la fortuna, una frase simple “nadie da duros a cuatro pesetas” Para ser sincero, he de decir que tampoco tengo la mente “abierta”, esto es un problema cuando se trata de auto convencimiento, es obvio que no se puede ir con la mente cerrada porque sino no impacta ni una sola de las herramientas que harán que dejes de ser un pobre hombre y llegues a cobrar un un salario digno de mención. Tampoco tenia mucha pretensión cuando entre en la sala y comprendí como se iba a desarrollar el evento, simplemente aspiraba a un par de sencillas cosas; que tuviera originalidad y que hablara de como me ayudaría aquello sin que tuviera que aplaudir todas sus genialidades. Tampoco en eseo hubo fortuna, ni fue original y si aplaudí en alguna ocasión, hasta que mi vergüenza fue mayor que mi papel de aprendiz, entonces deje de hacerlo.

Tengo claro una verdad casi absoluta sobre las recetas de los grandes coaches o los gurús empresariales, que ninguno de ellos te dirá la receta claramente de los pasos que tienes que seguir para llegar a tus objetivos, es más, no trates de poner en practica con tu amigo algo de lo que te han enseñado a tí porque no hay receta, solo te han hablado de la posibilidad de que compares tu insulsa vida con los resultados que ya han conseguido los Kiyosaki, los Trump, etc. con esas fascinantes formulas mágicas que nadie te ha explicado. Ahora eso sí, puedes creer que son independientes financieramente hablando, sin duda.

Hoy me confieso de un pecadillo. Yo leí “La meta, un proceso de mejora continua” de Eli Goldratt con la esperanza de aprender los secretos de dirigir una industria con eficiencia. Para quien lo desconozca Eliyahu Goldratt es doctor en física, creador de TOC Theory Of Constraints (Teoría de Restricciones) Bueno, podéis buscar en san google. A grandes rasgos un lumbreras, así que algo debiera de sacar en limpio al leer su libro ¿no?  A ver, no esperaba que de repente pudiera dirigir mi empresa y llevarla a la elite industrial, ni que a mi cerebro me llegara otra media neurona que completara la media que tengo; me conformaba con entender como el protagonista de la historia (Rogo, así se llama el Director mágico de producción) se las había ingeniado para reflotar su empresa contra viento y marea simplemente viendo a un niño gordito (Herbie, que a si se llama el niño) en una excursión. ¡Lo confieso! La explicación de como incide la velocidad en la fila lo entiendo, lo que me mató del todo fue la parte de los dados y las cerillas, ahi me perdí definitivamente y por ende la oportunidad de hacer mas productiva mi empresa. Así que en lugar de una medalla me quedo el trauma de ser torpe el resto de mi vida. Y si, sigo con media neurona, pero eso es un problema mas generalizado de lo que parece ¿no?

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